Maria Sklodowska-Curie, hiszpańska przedmowa do „Zakochanej w nauce”

Maria Sklodowska-Curie, hiszpańska przedmowa do „Zakochanej w nauce”

Prólogo

Soy de las que creen que la Ciencia tiene una gran belleza.

Maria Sklodowska-Curie

Desde hace más de cien años la figura de Maria Sklodowska-Curie invariablemente inspira. y fascina las subsiguientes generaciones. En Polonia Maria se considera polaca, en Francia – francesa y de esta manera une con su persona estos dos países amigos. Su biografía titulada “Maria Curie”, escrita en 1937 por su hija, fue traducida a la mayoría de los idiomas del mundo. En Japón llegó a ser una lectura escolar, gracias a lo cual Maria se hizo famosa entre los japoneses. En Francia, durante varias décadas fue más conocido el marido de Maria, Pierre Curie. Fue solo en el centenario del nacimiento de Maria que se añadió su nombre al nombre de la calle Pierre Curie en el Barrio Latín de París. En los años 90 del siglo XX llegó el renacimiento de la popularidad de Maria. Se creó un espectáculo y un largometraje. Tres mujeres, diputadas al Parlamento de Francia, presentaron la iniciativa de trasladar a Maria al Panteón, el mausoleo de las eminencias francesas. El presidente François Mitterrand aceptó y se lo solicitó a la familia. Dado que nunca se había hablado de Pierre, la familia no dio su consentimiento. Solo después de asegurar que los esposos serían trasladados y enterrados juntos, la familia aceptó esa propuesta. El traslado de las cenizas en 1995 fue acompañado por una ceremonia especial y transmisiones televisivas. En la ceremonia estuvieron presentes los presidentes actuales de ambos países y la familia Curie. François Miterrand, ya en aquel entonces enfermo terminal, en un discurso solemne y emotivo recordó la historia de la vida y los logros de Maria Sklodowska-Curie. Habló de las dificultades que tuvo que vencer y de los rasgos de su carácter que le permitieron tener éxito. Presentó asimismo las ideas de Maria y Pierre acerca de la importancia de los descubrimientos científicos para el desarrollo de la humanidad y los peligros que éstos conllevaban. Desde ese moemnto la popularidad de Maria en Francia y en el mundo entero empezó a crecer. En 2007 el nombre “Pierre Curie” de la estación del metro de la línea 7 en París fue cambiado a “Pierre et Marie Curie”. En 2009 la revista británica “New Scientist” proclamó a Maria la mujer científica más destacada de todos los tiempos (en la encuesta habían votado 800 personalidades del mundo de la ciencia). El año 2011 fue establecido por tres organizaciones: ONU, OMS y UNESCO como el Año de la Ciencia. Maria Sklodowska-Curie, que recibió el Premio Nobel hacía cien años en esta materia, fue proclamada su patrona. La Cámara Baja del Parlamento de Polonia anunció el 2011 como el Año de Maria Sklodowska-Curie. La inauguración se efectuó el 29 de enero en la parisina Universidad de Sorbona, con la participación del Presidente de Francia Nicolas Sarkozy. El año fue oficialmente concluído con la ceremonia en el Castillo Real en Varsovia. Asimismo, en el plebiscito publicado por la revista británica BBC History Magazine, Maria Sklodowska-Curie fue reconocida como la mujer con mayor influencia de la historia. 

Empecé a interesarme por la historia de la familia Sklodowski hace muchos años, siendo universitario aún. Mi Abuela Maria Sklodowska-Szancenbach me entregó un día un manuscrito, encuadernado cuidadosamente, que contaba con al menos 400 páginas. “Deberías leerlo” – me dijo con un tono que no aceptaba quejas – “Es el diario de tu abuelo Jozef”. ¡Qué remedio…! La lectura resultó, sin embargo, bastante interesante. El siguiente diario, del tatarabuelo Wladyslaw (el padre de Maria Sklodowska-Curie), escrito en el siglo XIX, resultó incluso más apasionante. Por las cosas del destino, junto a mi hermana nos hicimos dueños y protectores de los recuerdos que la familia Sklodowski dejó y que se encontraban en Cracovia, entre ellos muchas fotografías y numerosas cartas. Es por eso que cada publicación nueva acerca de alguien de esta familia despierta mi más sincero interés. 

Las fuentes a las que se recurrió ampliamente en el presente libro fueron los recuerdos y las cartas de la mismísima Maria, sus hijas, nietos, hermanos, sus estudiantes y colaboradores. Es una gran ventaja de esta biografía. Gracias a ello conocemos a Maria no como un personaje monumental, sino como un ser humano lleno de vida y emociones.  

Tomasz Pospieszny, a lo largo de doce capítulos, nos presenta a Maria Sklodowska-Curie como una eminencia, famosa y fascinante, y a la vez enormemente modesta.

Los dos primeros capítulos se dedican a la infancia y la juventud de Maria. Leemos, entre otras cosas, sobre las primeras tragedias que vivió Maria y los primeros sentimientos que se despertaban en una muchacha joven. En aquellos años, después de la muerte de la hemana mayor, y después, la muerte de la madre; los cuatro hermanos se quedaron tan solo con el padre. Tuvieron que cuidarse y apoyarse mutuamente y dentro de la familia se creó un lazo particularmente fuerte. Todos: Maria, Helena, Bronislawa y Jozef, fundaron sus propias familias. Cada uno de ellos vivió algún tipo de drama familiar, pero también tuvo mucho éxito. Se apoyaron incondicionalmente en los momentos difíciles  y mantuvieron relaciones cordiales durante toda la vida.

En el capítulo tres leemos acerca de la carrera universitaria de Maria en París y las circunstancias en las que conoció a Pierre. El eminente físico ya por aquel entonces se hizo amigo y mentor de Maria, y poco después se convirtió en su amor y esposo. 

El capítulo siguiente es la historia de los once años de la vida y el trabajo compartidos por Maria y Pierre. Los juntó la misma admiración por la ciencia, el amor a la naturaleza, a preocupación por la justicia social, el desinterés por las cosas materiales y la libertad. Juntos crearon un equipo excepcional, compuesto por un químico y un físico, científicos del más alto nivel. Sus talentos se complementaban. Pierre era propenso a soñar y contemplar, pero a la vez era un genial constructor de aparatos científicos. Junto a su hermano construyó equipos que servían para medir cantidades muy pequeñas de la carga eléctrica, los cuales se usaron al investigar la radioactividad. Eran incomparablemente mejores que los que tenían sus competidores. Maria fue más consecuente, perseverante y mejor organizada. Juntos realizaron un descubrimiento por el cual recibieron el Premio Nobel en el año 1903. 

En los dos capítulos siguientes el Autor presenta los beneficios y las complicaciones que conllevó el premio para los científicos. Describe la trágica muerte de Pierre en 1906, la difícil situación de Maria depués de la muerte de su marido y su sobrecogedora soledad. Después describe cómo Maria, desesperada, enfrentó las adversidades del destino y continuó el trabajo. Terminó la obra y en el año 1911 recibió el segundo Premio Nobel, esta vez en Química. 

El séptimo capítulo describe el escándalo que provocó el romance de Maria y Paul Langevin. También los problemas que ocasionó, las esperanzas y decepciones de Maria, así como el apoyo proporcionado por los amigos y la familia.  

El octavo capítulo relata la actividad de Maria durante la Primera Guerra Mundial. Fue, sin duda, la ayuda más humanitaria y más preciosa que la científica pudo haber ideado y organizado para los soldados heridos y para su país. Aquello despertó una gran admiración y respeto común hacia ella y su hija Irena. 

En el noveno capítulo el Autor narra el viaje de Maria y sus hijas a los Estados Unidos y la amistad con la señora Meloney. Haber educado a dos hijas listas, bellas y talentosas, Irena y Ewa, es un gran éxito de Maria. Significaba para ella al menos tanto como sus logros científicos. Más adelante leemos acerca del trabajo de Maria en el Instituto de Radio en París.  

La creación de un centro de investigación moderno, uno de los líderes del mundo científico de aquel entonces, su administración y la formación de un gran número de futuros científicos, tanto hombres como mujeres, es también un gran logro de Maria, que a menudo queda a la sombra de sus descubrimientos.

El capítulo diez fue dedicado al descubrimiento de la radioactividad artificial por Irene y Fryderyk Joliot. La historia se repitió. Un matrimonio, un químico con un físico, crearon juntos un perfecto conjunto científico y lograron un descubrimiento que mereció un Premio Nobel. Ninguna familia había conseguido tanto. Tal como escribió el Autor: “la herencia de Maria fue transmitida”. El hecho de que Maria llegó a ver ese descubrimiento y que al mismo tiempo pudo disfrutar de dos nietos maravillosos, se convirtió para ella en un verdadero regalo del destino. 

El capítulo undécimo describe los últimos meses de la vida de Maria. 

El último capítulo cuenta los andares de los familiares más cercanos de Maria y sus amigos. 

Según escribió de ella su hija Ewa: Maria siempre había sufrido clandestinamente porque el mundo quería verla diferente de cómo era en realidad. A la vez intentaba siempre esconder sus problemas y su sensibilidad delante de la gente que no pertenecía a su círculo más cercano. 

Tomasz Pospieszny, desde niño fascinado con la figura de la gran científica, con mucha consideración, pero también mucha atención a la hora de documentar de forma fidedigna cada información, permite a los lectores echar un vistazo a esta área de su vida. Siendo competente, al mismo tiempo, en el campo de las ciencias, describe de forma comprensible el significado y el lugar de los logros de Maria Sklodowska-Curie en el contexto de otras investigaciones y conocimientos de sus contemporáneos. Es lo que constituye el excepcional valor de este libro. 

Ing.D. Piotr Chrząstowski

(bisnieto de Jozef Sklodowski)

Cracovia, abril de 2020

Traducción: Anna Bolaños-Adamiak 

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